Entre 10 y 20 años puede mermar la esperanza de vida de personas con trastornos mentales graves, según advierte la Organización Mundial de la Salud que ha lanzado nuevas directrices enfocadas a este tipo de pacientes.
La mayoría de estas muertes prematuras, según la OMS, se deben a condiciones de salud física. El acceso a servicios de salud integrales que ofrecen promoción de la salud, exámenes de detección y tratamiento para enfermedades físicas y mentales sigue estando fuera del alcance de la mayoría de las personas con trastornos mentales graves.
Para ayudar a abordar esta inequidad, la OMS ha publicado, por primera vez, un conjunto de pautas basadas en la evidencia científica sobre el manejo de las condiciones físicas en adultos con trastornos mentales graves. Dichas directrices tienen como objetivo ayudar a tratar a las personas con trastornos mentales graves, que además tienen enfermedades cardiovasculares, diabetes, VIH/Sida, tuberculosis y hepatitis B y C, y personas con dependencia del tabaco, alcohol u otras sustancias y/o sobrepeso.
Las recomendaciones están orientadas a cambios en el estilo de vida, como una dieta más saludable, mayor actividad física y abandono del tabaco; apoyo psicosocial; y medicamentos, teniendo en cuenta las posibles interacciones entre diferentes medicamentos prescritos para condiciones de salud mental y física.
Estas medidas están dirigidas, principalmente, para ser utilizadas por los trabajadores de la salud que atienden a personas con trastornos mentales graves en todos los niveles: en establecimientos de atención primaria de salud, centros especializados y hospitales. También pueden ser de utilidad a Administraciones sanitarias, coordinadores de programas de salud mental, así com a las propias personas que viven con trastornos mentales graves y sus familias también los encontrarán útiles.
Las pautas recomiendan que los programas para mejorar la salud de las personas con trastornos mentales graves y aumentar su vida útil incluyan intervenciones individuales de atención de la salud, ajustes de los sistemas de salud y acciones que se pueden tomar a nivel comunitario.
La capacitación de los trabajadores de la salud, el suministro de medicamentos apropiados y la adaptación de los sistemas de información de salud para recopilar datos sobre la utilización del servicio deben implementarse, según dichas pautas.
A nivel individual, se deben identificar y tratar los factores de riesgo para la mala salud física (como fumar, una dieta poco saludable o la falta de ejercicio regular) y las condiciones de salud física.
A nivel del sistema de salud, los profesionales de la salud mental deben poder asesorar y tratar mejor las condiciones de salud física, y los médicos de salud física deben poder atender mejor las necesidades de las personas con trastornos mentales graves.
En el contexto social más amplio, se deben considerar las estrategias que involucran a la comunidad en general, como el apoyo entre iguales y familiares y los programas de reducción del estigma.
Con el fin de evaluar el impacto y la utilidad de las directrices e identificar las áreas donde se necesita mejorar, la OMS asegura que recopilará información periódica de los ministerios de salud.
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