Es potencialmente mortal: algunos estudios calculan que conduce a la muerte en el 10% de los casos.
Trastorno alimentario caracterizado por el rechazo a mantener el peso corporal mínimo (un 85%) del considerado normal para las personas de la misma edad y estatura. Se suele tener un miedo intenso a aumentar de peso o convertirse en obeso y una percepción distorsionada de la propia imagen corporal, exagerando su importancia.
Se presenta generalmente durante la adolescencia en los primeros años de la edad adulta y afecta en España al 0,3% de la población femenina de 12 a 21 años. Se observa principalmente en mujeres de alto rendimiento académico o cuya familia o personalidad está orientada hacia el alcance de metas. Quienes desarrollan el trastorno a temprana edad tienen mayor posibilidad de recuperación completa.
Se estima que juegan un papel importante en su desarrollo las actitudes sociales sobre la apariencia corporal y factores familiares. Se cree que es una forma que el niño o la niña utiliza para alejar la atención de los problemas maritales, por ejemplo, y unir a la familia. También se ha sugerido que es un intento de las mujeres jóvenes para ganar control y separarse de sus madres. Sin embargo, las causas aún no se conocen bien. El aspecto que suele precipitar la enfermedad es el inicio de una dieta restrictiva.
Tipos:
Se distinguen dos tipos, el compulsivo/purgativo, en el que se recurre regularmente a atracones (apetito irrefrenable) o purgas (vómitos inducidos o abuso de laxantes, diuréticos o enemas), y el restrictivo (ausencia de atracones y purgas).
Signos y Síntomas:
Los signos y síntomas son:
- Pérdida de peso del 15% o superior por debajo del esperado
- Sentimiento de estar gordo o gorda, con un peso adecuado o incluso menor al esperable, y con fuerte deseo de seguir adelgazando
- Uso inadecuado de laxantes, enemas o diuréticos
- Restricciones en el consumo de alimentos por decisión propia y a menudo a escondidas
- Supervisión de las calorías de todos los alimentos y comer sólo los bajos en calorías
- Evitar comer en compañía y las comidas familiares
- Desaparecer después de las comidas
- Trocear en pequeños fragmentos la comida y distribuirla por el plato
- Ejercicio físico abusivo
- Uso de tallas grandes de ropa, usar sobre todo pantalones
- Aislamiento social
- Ausencia o irregularidades en la menstruación
- Atrofia muscular del esqueleto
- Pérdida de tejido graso
- Presión sanguínea baja
- Caries dentales que se pueden presentar con el vómito autoinducido
- Piel amarillenta o manchada
- Depresión
- Negativa a reconocer un problema alimentario
- Retraso en el crecimiento en la infancia y adolescencia
Tratamiento:
El desafío mayor en el tratamiento es hacer que el paciente reconozca que su conducta alimentaria es un problema. Sin embargo, la mayoría niega tener un problema alimentario e ingresa cuando su afección está bastante avanzada.
Los programas de tratamiento tienen una tasa de éxito de dos tercios en la recuperación del peso normal, aunque es común que haya recaídas.
La mayoría de afectados prefiere tener un peso corporal bajo y preocuparse hasta cierto punto por los alimentos y las calorías.
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