La memoria es una de las principales y más útiles funciones del cerebro. Y aunque los mecanismos de cómo se recuerdan y olvidan las cosas aún son temas de estudio, se sabe que la capacidad de generar nuevos recuerdos se va deteriorando.
Esto es verdad, particularmente para la memoria de corto plazo y de trabajo en personas mayores. El hecho afecta sin importar el estado de salud durante la vejez. Aunque se estudia como factores ambientales pueden afectar.
La memoria de trabajo es la capacidad de almacenar información, mientras se toman decisiones y analiza información a corto plazo. La habilidad permite hacer cuentas, orientarse en un lugar nuevo y reconocer rostros. Para funcionar, la memoria de trabajo requiere que dos zonas del cerebro se puedan sincronizar (las regiones prefrontal y temporal). En cerebros de jóvenes, ambas regiones presentan actividad eléctrica bien sincronizada, cosa que falla en gente mayor.
Memoria de trabajo y estimulación
Con la idea de volver a “sincronizar” estas áreas del cerebro, los investigadores recurrieron a la estimulación cerebral. La técnica ya ha mostrado éxito en el tratamiento de males como depresión. Además, se trata de un método no invasivo ni peligroso. En este caso, los investigadores probaron la estimulación transcraneal con corriente aterna (tACS) en 84 voluntarios divididos en dos grupos. El primer grupo tenía 42 adultos jóvenes y el segundo 42 personas mayores.
Para medir los efectos de la TACS, los académicos sometieron a los voluntarios a un ejercicio donde debían usar su memoria. Primero, ambos grupos debían realizar el ejercicio sin más, luego el segundo grupo debía repetir las pruebas (mismo formato, distintos problemas), pero ahora bajo el tratamiento. Además, la actividad eléctrica en el cerebro era registrada durante las pruebas.
En la primera parte del experimento, se obtuvo el resultado esperado. El grupo más joven obtuvo más aciertos que el segundo grupo. Sin embargo, tras recibir el tratamiento, los voluntarios de mayor edad mostraron una notable mejoría. Llegando a los mismos resultados que sus compañeros más jóvenes. Aunque con un pequeño detalle, los efectos sólo son temporales, durando cerca de una hora.
Revirtiendo la vejez
Con tan sólo 25 minutos de tratamiento, la memoria de voluntarios de entre 60 y 70 años logró competir con los jóvenes. Por ello los investigadores afirman que sus resultados podrían mejorar la vida de muchas personas.
Ahora el siguiente paso, según Reinhart, es comprobar si es posible rehabilitar de forma permanente no sólo la memoria de trabajo, sino otras habilidades cognitivas.
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