La ansiedad es una constante que forma parte de sus vidas; presente en el círculo de amigos, entre miembros de la familia y en la comunidad en general en la que se desenvuelven, constituyendo una especie de componente indisoluble de sus mentes colectivas
Los sentimientos de ansiedad forman parte normal de la vida cotidiana. Pueden surgir al tomar decisiones importantes, enfrentar dificultades en el trabajo o anticipar eventos como pruebas y exámenes de diversos tipos.
La ansiedad como trastorno
Para las personas que padecen trastornos de ansiedad, los sentimientos no disminuyen, e incluso pueden empeorar con el tiempo, llegando a incluir un amplio espectro de sintomatología, que puede entenderse como un problema cuando se extiende más allá de la preocupación lógica, llegando a revestir matices desproporcionados, injustificados e incontrolables.
Las personas afectadas por la ansiedad presentan síntomas persistentes, que pueden alterar seriamente la calidad de vida, las relaciones interpersonales, además de la vida laboral o escolar.
Cuando la ansiedad es el síntoma principal de una persona, puede denominarse trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Existen casos en que la ansiedad es un síntoma de otra enfermedad mental, como trastornos de pánico, trastorno de estrés postraumático, fobias o trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Los síntomas de ansiedad varían, dependiendo del trastorno específico. Las personas con trastorno de ansiedad generalizada se encuentran continuamente nerviosas, inquietas, irritables, cansadas, preocupadas, tensas e incapaces de concentrarse. También pueden experimentar insomnio.
Para las personas con trastorno de pánico, no le es solo difícil de sobrellevar las crisis de los ataques en sí misma, sino también lo es la anticipación y la preocupación por su próxima presentación, hecho que puede alterar sus vidas significativamente.
Estos ataques de pánico pueden ser repentinos y provocar un miedo intenso, ocasionando manifestaciones físicas como palpitaciones, temblores, sudoración, temblores y sensación de muerte inminente, acompañadas de sensación de asfixia y de pérdida el control.
Las personas con ansiedad relacionada con la fobia tienen una intensa aversión o miedo a objetos o situaciones específicos que está fuera de proporción en relación con el peligro real que significan. Sumado a esto, la preocupación y las medidas que las personas toman para evitar los desencadenantes a sus fobias, pueden interferir notablemente con sus actividades cotidianas.
Un temperamento ansioso es un factor de riesgo para los trastornos de ansiedad, depresión y abuso de sustancias. Los niños que son extremadamente tímidos y nerviosos tienen más probabilidades de desarrollar estos cuadros en su vida futura.
En recientes estudios, el equipo utilizó métodos genéticos, imagenológicos y de estudios del comportamiento para investigar los componentes moleculares del circuito cerebral de temperamento ansioso.
La búsqueda los llevó a unas cuantas moléculas, de las cuales seleccionaron una en particular para investigar más a fondo: la neurotrofina-3 (NT-3), que corresponde a un factor de crecimiento que promueve la producción de nuevas células nerviosas y sus conexiones.
Estos resultados aportan datos de gran relevancia sobre los orígenes de los trastornos de ansiedad y cómo podría ser posible formular tratamientos tempranos para las personas en riesgo de sufrir estos cuadros, puesto que, si bien existen algunos tratamientos efectivos, no funcionan para todos los pacientes. Además, en algunos casos, no sirven para aliviar todos los síntomas.
Los investigadores también han encontrado otras cuantas moléculas que consideran dignas de estudio adicional en relación con la ansiedad y sus efectos asociados.
Se cree que el estudio reciente ha identificado lo que podría ser la primera de muchas moléculas que tengan un efecto causal en el desarrollo de la ansiedad en primates no humanos.
Leave a Reply