El vínculo entre la depresión y los cambios en el peso

Una persona que pasa por una depresión severa observará una fluctuación en su peso

Un trastorno grave como la depresión puede dejar un fuerte impacto en la salud mental de una persona, no solo mental sino también física. Los síntomas y efectos incluyen problemas de sueño, fatiga, dolores y dolores, y cambios en el peso.

Los cambios en el peso son comunes entre las personas con depresión. De hecho, es casi un hecho que una persona que pasa por una depresión severa observará una fluctuación en su peso. Podría haber pérdida o aumento de peso, dependiendo del patrón de comportamiento y de cómo la persona afectada responde a la enfermedad.

Antojos:

Una persona que sufre de depresión puede experimentar antojos repentinos y fuertes, principalmente de alimentos azucarados o fritos. Hay dos razones para esto: los cambios de humor impulsivos y el hecho de que algunas personas comen sus sentimientos. Si observamos de cerca el comportamiento de las personas deprimidas, veremos que ciertas situaciones o emociones funcionan como un desencadenante de estos antojos. Si hay una situación que una persona deprimida no puede hacer frente, entonces podrían tratar de distraerse o sentirse mejor comiendo algo poco saludable o algo que le guste en una cantidad considerable.

Trastornos de la alimentación:

Las personas deprimidas tienen más probabilidades de disfrutar de hábitos alimenticios poco saludables, consumo de alimentos azucarados y comida chatarra, comer en horas extrañas, comer en exceso y saltear comidas. Todos estos comportamientos alimenticios pronto se convierten en hábitos y resultan en serios trastornos alimenticios. Los trastornos alimenticios más comunes que son el resultado de la depresión son el trastorno por atracón y la bulimia nerviosa. Sentirse muy bajo y deprimido también puede matar el apetito de una persona y provocar la pérdida de peso. Además, los hábitos alimenticios poco saludables también pueden causar problemas digestivos que nuevamente resultan en problemas de peso.

Obesidad y depresión:

El caso de la obesidad y la depresión es muy parecido al debate sobre cuál fue primero, la gallina o el huevo. Una persona que tiene depresión o es obesa, también tiene más riesgo de desarrollar el otro problema. La razón es que las personas deprimidas son más propensas a comer compulsivamente. Las personas con obesidad, por otro lado, tienen más probabilidades de desarrollar depresión debido a otros problemas en su vida.

¿Qué se puede hacer?

Los factores explicados anteriormente son los que en su mayoría conducen a cambios peligrosos en el peso, junto con otros problemas relacionados con la depresión, como la falta de sueño, problemas digestivos y estrés.

Hay muchas maneras de controlar tanto la depresión como los problemas de peso, como el ejercicio que ayuda a quemar grasa extra, ayuda a la digestión y libera endorfinas que contrarrestan la tristeza y la depresión. El profesional médico (salud mental y física) recomienda comer una dieta saludable, tomar más tiempo para masticar alimentos, observar los antojos repentinos y aprender su causa para solucionarlos, y abstenerse de comer mientras mira televisión o con cualquier otra distracción.

Otra cosa que deben hacer las personas con depresión es que deben controlar su peso y sus hábitos de forma regular. Conocer el vínculo entre la depresión y los cambios en el peso, sus causas y cómo controlarlos puede ayudar a las personas a contrarrestar estos dos problemas.

Si aumenta de peso después de comenzar a tomar un antidepresivo, analiza los beneficios y los efectos secundarios del medicamente con tu médico. Si los beneficios superan al efecto secundario del aumento de peso, considere controlar su peso comiendo más saludable y realizando una mayor cantidad de actividad física mientras disfrutas de una mejora en el estado de ánimo gracias al medicamento.

También puede preguntarle al médico si ajustar la dosis o cambiar los medicamentos podría ser útil, pero, una vez más, asegúrese de analizar las ventajas y desventajas antes de tomar una decisión semejante.