Identificar situaciones problemáticas o trastornos de tu vida. Estos pueden incluir problemas tales como una afección médica, divorcio, pena, enojo o síntomas de un trastorno de salud mental. Es posible que junto con el terapeuta dediquen un tiempo a decidir en qué problemas y objetivos te quieres concentrar.
Prestar atención a tus pensamientos, emociones y opiniones en relación con estos problemas. Una vez que hayas identificado en qué problemas trabajar, el terapeuta te alentará a contarle lo que piensas. Para ello, es posible que debas observar qué te dices a ti mismo sobre una experiencia (diálogo interno), tu interpretación del significado de una situación y tu opinión sobre ti mismo, otras personas y eventos. Es posible que el terapeuta sugiera que escribas un diario con tus pensamientos.
Identificar pensamientos negativos o inexactos. Para ayudarte a reconocer patrones de pensamiento y conducta que podrían estar contribuyendo a tus problemas, el terapeuta puede pedirte que prestes atención a tus respuestas físicas, emocionales y conductuales en diversas situaciones.
Reformar pensamientos negativos o inexactos. Es muy probable que el terapeuta te aliente a que te preguntes si tu opinión sobre una situación se basa en hechos o en una percepción inexacta de lo que sucede. Este paso puede ser complicado. Puede ser que tengas maneras de pensar sobre tu vida y sobre ti mismo de larga data. Con práctica, los patrones de pensamiento y conductas útiles serán un hábito y no deberás hacer tantos esfuerzos para lograrlos.
La duración de la terapia
La TCC generalmente se considera una terapia a corto plazo, que puede llevar de cinco a veinte sesiones. Junto con tu terapeuta, podrás acordar cuantas sesiones necesitarás. Algunos de los factores a tener en cuenta son:
- El tipo de trastorno o situación
- Gravedad de los síntomas
- Cuánto hace que tienes los síntomas o convives con esa situación
- La rapidez con que evolucionas
- Cuánto estrés estás padeciendo
- Qué tanta ayuda recibes de tus familiares y de otras personas
- Confidencialidad
Excepto en circunstancias muy específicas, las conversaciones con el terapeuta son confidenciales. Sin embargo, un terapeuta puede violar la confidencialidad si existe una amenaza inmediata a la seguridad o si la ley estatal o federal exige que informe sus inquietudes a las autoridades. Estas situaciones incluyen lo siguiente:
- Amenaza de dañarte o suicidarte de inmediato o pronto (inminente)
- Amenaza de dañar o matar inminentemente a otra persona
- Abuso de un niño o un adulto vulnerable (un mayor de 18 años hospitalizado o vulnerable por una discapacidad)
- No poder cuidar de ti mismo de manera segura
Resultados
Es posible que la terapia cognitiva conductual no cure tu enfermedad ni logre hacer que una situación desagradable desaparezca. Pero puede darte el poder para enfrentar la situación de una manera saludable y así sentirte mejor contigo mismo y con tu vida.
Sacar el máximo provecho de la terapia cognitiva conductual.
La terapia cognitiva conductual no es efectiva en todos los casos. Sin embargo, puedes tomar medidas para sacar el máximo provecho de la terapia y lograr el mayor éxito posible.
Enfocarse en la terapia como una sociedad. La terapia es más efectiva si eres un participante activo y compartes la toma de decisiones. Asegúrate de acordar con tu terapeuta cuáles son los problemas principales y cómo abordarlos. Juntos, pueden establecer objetivos y evaluar el progreso con el transcurso del tiempo.
Sé abierto y sincero. El éxito del tratamiento depende de tu voluntad para compartir tus pensamientos, sentimientos y experiencias, y de qué tan abierto seas para recibir nuevos puntos de vista y maneras de hacer las cosas. Si eres reacio a hablar sobre determinados temas a causa de emociones dolorosas, vergüenza o temor sobre la reacción del terapeuta, hazle saber tus reservas a tu terapeuta.
Cumple con tu plan de tratamiento. Si te sientes deprimido o careces de motivación, podría resultar tentador saltear sesiones de la terapia. Si lo haces, puedes interrumpir tu progreso. Asiste a todas las sesiones y piensa sobre lo que quieras hablar.
No esperes resultados instantáneos. Trabajar sobre temas emocionales puede ser doloroso y a menudo requiere un trabajo duro. Es común sentirse peor durante la fase inicial de la terapia, ya que es cuando comienzas a enfrentarte a conflictos pasados y actuales. Puedes necesitar varias sesiones antes de comenzar a ver mejoras.
Haz tu tarea entre sesiones. Si tu terapeuta te pide que leas, lleves un diario o hagas actividades fuera de las sesiones regulares de terapia, sigue sus indicaciones. Realizar estas tareas para el hogar te ayudará a poner en práctica lo que has aprendido en las sesiones de terapia.
Si la terapia no te está ayudando, habla con tu terapeuta. Si sientes que no te estás beneficiando con la terapia cognitiva conductual después de varias sesiones, habla con tu terapeuta sobre esto. Tú y tu terapeuta pueden decidir hacer algunos cambios o intentar un enfoque diferente.
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